El presi encargado ha dicho más de una vez que no es homofóbico pero más de una vez se le han salido comentarios despectivos, ¿es o no es? Acá lo analizamos
En más de una oportunidad, el ahora presidente encargado, Nicolás Maduro, se ha referido a personas opuestas a su corriente política dudando de su orientación sexual en tonos para nada respetuosos.
Hemos empezado hablando bonito aún y cuando lo que pasa es que Maduro no está hablando bonito.
En abril del año pasado, cuando era canciller de la república, tildó de “mariconsón” a Henrique Capriles Radonski en los actos conmemorativos de los sucesos de abril de 2001. No pasó mucho tiempo sin que se justificara y dijera:
“Lo que dije en ese momento fue al calor de los recuerdos y toda la pasión que se genera al recordar que estos sifrinitos fascitas creyeron que tenían el poder en la mano e hicieron lo que ni Pinochet se atrevió a hacer, tomar la Embajada de Cuba”. “Nosotros respetamos, desde nuestra Constitución y desde siempre, a la comunidad diversosexual (…) No tendría por qué meterme con la condición sexual de nadie. Ni de nuestros adversarios, ni de candidatos de la oposición ni de sus dirigentes”
Ok. Entonces el calor del momento, la cosa ¿ser “mariconsón” es malo o qué? Ese, definitivamente, no es el lenguaje de un canciller.
No ha pasado tanto tiempo pero sí muchas cosas. Ahora Maduro es nada más y nada menos que el presidente encargado de Venezuela y vuelve a aparecer el discurso semánticamente discriminatorio por la sexualidad del mismo Henrique Capriles Radonski, a quien ahora adversa en las elecciones presidenciales del 14 de abril.
Después de formalizar su inscripción ante el CNE, haciendo clara alusión a Capriles dijo:
”A mí sí me gustan las mujeres, yo sí tengo mujer”. Mejor véanlo:
Entonces, ¿Capriles es homosexual por no tener mujer? ¿Ser homosexual es malo? ¿Que Capriles sea homosexual es malo? ¿A alguien le importan las preferencias sexuales de Capriles? Al parecer a Maduro sí.
Vas a seguir Abigaíl
Transcribimos textualmente su “disculpa”, por llamarla de alguna manera para que no se pierda nada:
“Que no vengan a decir que soy homofóbico, heterofóbico, heterremofóbico y empiezan a inventar apellidos, uno es respetuoso de la vida privada de los seres humanos, y en el término de la vida sexual, esos son los amigos de uno de siempre, por eso se propuso la enmieda para reconocer su existencia y el respeto supremo de la República y de la Patria y la oposición llamó a votar en contra(…) Nuestro respeto absoluto, no me metí con la vida sexual del candidato de la oposición, cada quien es dueño de su vida, no me metí con la vida sexual del candidato de la oposición, el se siente aludido y me responde a mí como que me estuviera metiendo en su vida sexual (…) No me he metido jamás en su vida, sea lo que él sea lo respeto y tenemos que respetarlo todos, pero no sea manipulador, yo asumo con respeto a quien asume con orgullo su vida (…) Si yo fuera homosexual lo asumiría con orgullo a los cuatro vientos, y amaría a quien me tocara amar con el corazón, sin problemas, porque el peor homofóbico es aquel que siéndolo discrimina a los suyos”.
Ya va, ya va: ¿” porque el peor homofóbico es aquel que siéndolo discrimina a los suyos”?, o hay un problema en lo que nosotros entendemos o le está diciendo otra vez homosexual, ¿no?
Vamos a estar claros: no se ofende a quien se quiere sino a quien se puede. Lo realmente chimbo, no es intentar ofender a alguien hablando y dudando su sexualidad reiteradamente, es creer que la sexualidad de alguien es motivo de ofensa.
Si eso no es ser homofóbico, “se parece igualito”.
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